INTRODUCCIÓN
Sinceramente, ¿crees qué los chicos y las chicas son iguales? Aunque te parezca increíble, la respuesta es no, las chicas siguen estando en una situación de desventaja con respecto a los chicos. Quizás, alguno/a de vosotros/as crea que las chicas tienen todo lo que quieren y que ni en casa ni en la escuela hay diferencias entre ambos sexos, entre hermanas y hermanos, entre amigos y amigas; párate a pensar una rato, te parece que tus hermanas, tus primas, tus amigas o tu chica son iguales que tú? O al revés, crees que tus hermanos, tus amigos o incluso tu chico son iguales que tú?
Las personas en casa hacemos “tareas” distintas según seamos chicas o chicos, se nos piden cosas distintas a unas y a otros, se nos valora de manera distinta, piensa que ocurre cuando os reunís toda la familia en una casa, ¿quién hace la cena?, ¿quién pone la mesa?
Probablemente después de responder a esas preguntas te hayas dado cuenta de que continúan existiendo desigualdades entre hombres y mujeres.
Ahora piensa en el lenguaje, en el que tú utilizas, en el que escuchas en la televisión, en la radio, en el lenguaje impreso de revistas y periódicos, podrás comprobar que no refleja ni un mundo ni una sociedad en la que hombres y mujeres seamos iguales. ¿Por qué si se anuncia un coche sale una mujer en ropa interior?. ¿Por qué se dice que “con el nuevo envase de tal producto los hombres podrán por fin hacer dos cosas al mismo tiempo”?. Estamos ante un fenómeno denominado lenguaje sexista. Se utilizan constantemente los denominados estereotipos masculinos y femeninos, acaso no existen hombres que disfruten cocinando o mujeres a las que les gusten los coches?. ¿Son todos los abogados hombres? ¿Son todas las enfermeras mujeres?. Piensalo.
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